miércoles, 27 de abril de 2011

Me gusta verme en el espejo sonriendo, me contagio más aún y no puedo dejar de sonreír.
Por el mismo motivo, le sonrío todos los días a la gente que esta cerca de mí, para contagiarlos, y que ellos no paren de sonreír tampoco.
Y no lo voy a negar, también sonrío mucho porque cabe la posibilidad de que a una persona le guste mi sonrisa más que otra cosa, y que con el hecho de sonreír le alegre el día. Pero ya digo, es una posibilidad.
Una posibilidad que me gustaría que fuese real.

1 comentario:

  1. Tu manera de pensar, es relinda. Pues si, si todo el mundo sonriese no habria tristeza.. para la gente esta amargada. Ains... el amor... :D

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