miércoles, 18 de abril de 2012

Hace un año, estaba saliendo de un examen, cogiendo la blackberry de un amigo y escribirte.
Hace un año, estaba rodeada de amigos, buenos o mejores, pero amigos.
Un año después, y en una ciudad un poco más conocida que hace 7 meses, estoy rodeada de conocidos.
Conocidos que se hacen amigos, dejan huella, y se van, se alejan.
Conocidos, por llamarlos de alguna forma.
Y entonces, de repente, se vuelven a acercar. Y olvidas la piedra en la que has tropezado y vuelves a ponerte una venda en los ojos. Y vuelves a tropezar.
Tonta de ti, piensas que no volverá a pasar... Pero te equivocas. Y vuelves a poner la venda, esta vez con un poco de claridad, pero vuelve a aparecer esa piedra, convertida en roca, y te vuelves a dar.
Y piensas tú, ¿en quien confiar?
Cuando ya estás en el suelo, junto a esa roca, piensas en hablar con tus verdaderos amigos o llamar a alguien que nunca, nunca te fallará.

1 comentario:

  1. Llamar a los mejores amigos, eso es justo lo que debes hacer, no hay nada mejor que confiar en la gente que demuestra que lo puedes hacer :) Todo va a estar bien, tranquila, luego me cuentas cariño

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